Felipe R.
De todos modos es el mecateadero más viejo de Bogotá. Siempre ha funcionado en la misma casa calle 11 entre carreras 6a. y 7a., la única que se salvó del incendio del 9 de abril de 1948, que arrasó con las demás ‘aguapanelerías’ que funcionaban en la misma cuadra.
Por la Puerta Falsa han pasado desde las beatas y los poetas de la Gruta Simbólica, hasta presidentes como Carlos Lleras Restrepo. Todos calmaron el frío con aguapanela, chocolate, peto con panela rallada, tamales, dulce de mora y arequipe, brevas y las demás golosinas, preparadas por sus dueñas con secretos muy familiares. En el pequeño local, sin lujos, no se pierde un solo centímetro cuadrado de espacio: las mesas, el refrigerador, las barras, la vitrina de la calle, la cocina y el mezzanine de madera, le dan un toque especial al antiquísimo negocio.